Las experiencias en cada puerto van a ser inolvidables. Y es que además de disfrutar de las actividades y comodidades que te ofrece el crucero y su tripulación durante los días de navegación, las paradas en los puertos más interesantes van a ser parte de la aventura. Ciudades monumentales, repletas de vida y patrimonio te darán la bienvenida.
La Catedral de Bríndisi, también conocida como la Basílica de la Visitación y San Juan Bautista, es una auténtica maravilla medieval de arquitectura románica. Fue construida entre los siglos XI y XII y está ubicada en la céntrica Plaza del Duomo. A lo largo de la historia ha sufrido daños que han tenido que reformarse, como en el terremoto de 1761. Su curiosa estructura posee tres naves unidas entre sí que en su interior aguardan cuadros, retratos, una estructura de madera del coro que data de finales del siglo XVI y un suelo en forma de mosaico que data del siglo XII.
El Castillo de Suabia, también llamado Castillo Grande o Castillo de Tierra para diferenciarlo del Aragonés, fue construido durante el siglo XIII para ser residencia de Federico II. Se trata de una mansión que posee un foso, imponentes murallas y torres que la han protegido a lo largo de la historia de posibles asedios. En 1488, los aragoneses construyeron una muralla reforzada por cuatro torres circulares que bordeaba la parte baja del castillo y cavaron un nuevo foso más ancho. Asimismo, durante las dos guerras mundiales fue utilizado como una importante base naval.
Abierta para visitas guiadas, pero cerrada al culto, la encantadora iglesia de San Giovanni al Sepolcro está ubicada en el centro histórico de Bríndisi y tiene un curioso estilo arquitectónico románico. Construida durante los siglos XI y XII, posee una planta circular medieval, preciosos frescos y ocho columnas de mármol con capiteles en el interior, y el pórtico decorado con diferentes relieves.
Junto al paseo marítimo y el puerto de Bríndisi, se encuentra una columna romana de mármol blanco de unos 18 metros de altura, una joya del Imperio Romano. Originalmente, se trataba de dos columnas gemelas hasta que en 1528 se derrumbó una. La superviviente sigue en pie a día de hoy, aunque durante la Segunda Guerra Mundial fue desmantelada para más tarde, entre 1996 y 2002, volver a ser restaurada por partes.