Las experiencias en cada puerto van a ser inolvidables. Y es que además de disfrutar de las actividades y comodidades que te ofrece el crucero y su tripulación durante los días de navegación, las paradas en los puertos más interesantes van a ser parte de la aventura. Ciudades monumentales, repletas de vida y patrimonio te darán la bienvenida.
Sin lugar a dudas, uno de los rincones imprescindibles de tu visita a Beijing es la Gran Muralla china. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Gran Muralla china es una antigua fortificación cuyos orígenes se remontan al siglo V a.C. y servía para proteger la frontera norte del Imperio chino. Asimismo, se calcula que su longitud es de unos 21.200 kilómetros de largo. Y el promedio de altura es de unos 6 o 7 metros de alto y 4 o 5 de ancho.
La Ciudad Prohibida, un complejo palaciego ubicado en pleno corazón de Beijing, es un auténtico tesoro. Fue construida a principios del siglo XV con una arquitectura palacial tradicional de China y actualmente alberga 980 edificios y ocupa 72 hectáreas de superficie. Asimismo, alberga el Museo del Palacio con colecciones de cerámicas, pinturas, objetos de bronce, relojes, jades y mucho más.
Situado a unos 12 kilómetros del centro de la ciudad de Beijing, a orillas del lago Kunming, se encuentra el Palacio de Verano. El Palacio alberga un parque de casi 300 hectáreas y posee increíbles construcciones como la sensacional Pagoda del Buda Fragante, el pasillo techado del Gran Corredor o el majestuoso Barco de Mármol.
El Templo del Cielo es el mayor templo de su clase de toda China. Construido durante el siglo XV, fue utilizado por las dinastías Ming y Qing para adorar las cosechas y dar las gracias al cielo por los frutos obtenidos. Destaca el Pabellón de la Oración por la Buena Cosecha, un edificio de base circular que alcanza los 38 metros de altura.