Las experiencias en cada puerto van a ser inolvidables. Y es que además de disfrutar de las actividades y comodidades que te ofrece el crucero y su tripulación durante los días de navegación, las paradas en los puertos más interesantes van a ser parte de la aventura. Ciudades monumentales, repletas de vida y patrimonio te darán la bienvenida.
En Kusadasi hay unos cuantos mercados muy recomendables, siendo probablemente el más destacable el Bazar de Kusadasi. Situado en el centro de la ciudad, este bazar tiene mucho que ofrecer, una gran variedad de productos artesanales locales, gastronómicos, especias, tés, delicias turcas, curry, frutas, verduras, carne, entre otros productos. También es muy conocido el Grand Bazar cercano al muelle.
Frente a la ciudad de Kusadasi, se sitúa la pequeña isla de Güvercinada, conectada a tierra firme con un rompeolas. Asimismo, lo que hace interesante a este precioso rincón es el castillo, una curiosa e histórica fortaleza bizantina que protegía al puerto de los ataques marítimos. La puerta de entrada posee arcos redondos y dos torres. Asimismo, alrededor de esta fantástica isla, se encuentran coquetos cafés, restaurantes y jardines de té, que hacen todavía más atractiva la visita a Güvercinada.
A unos 20 kilómetros de Kusadasi, se encuentra un lugar imprescindible en tu viaje: las ruinas grecorromanas de Éfeso. Se puede llegar en taxi o bus. Éfeso fue una importante ciudad del Imperio Romano con más de 250.000 habitantes, pero con el paso del tiempo los saqueos, las invasiones y varios terremotos acabaron con la ciudad. Actualmente, quedan restos arqueológicos de lo más interesantes, siendo los más destacados el imponente teatro romano, la Biblioteca de Celso, el Templo de Adriano y el Templo de Artemisa.
Cerca de la zona arqueológica de Éfeso, se esconde una curiosa y pequeña iglesia bizantina que data del siglo XIII. Según cuenta la leyenda, San Juan llevó a la Virgen María a este lugar tras la crucifixión de Cristo. Aunque las investigaciones arqueológicas apuntan a que las primeras edificaciones por la zona se construyeron entre los siglos VI y VII, no se descarta que existiese una villa romana construida allá por el siglo primero antes de Cristo. Sea como fuere, la capilla es un punto atractivo y lugar de peregrinación que despierta mucho interés.